¿Sabéis esa sensación cuando vas a ver una película que no te
convence mucho pero que bueno……….., te la han recomendado los amigos, y casi te
ves en la obligación de verla? Compras la entrada, te sientas en la butaca, con
tus palomitas y miras alrededor, nada convencida, para ver que “tipo” de gente te
encuentras. Y de repente, se apagan las
luces y todo cobra sentido. Y cuando la palabra FIN aparece en la pantalla,
piensas ¿Ya? ¿Por qué? ¿Si no ha durado nada? Entonces te das cuenta de que ha
merecido la pena. Abandonas la sala, sin conseguir quitar la sonrisa de tu cara
y empiezas a recomendarla a todo el mundo que te quiera escuchar.
Eso es exactamente lo que me ha pasado a mí con este libro. Me
explico.
Soy muy escéptica respecto a los libros sobre viajes en el
tiempo. En raras ocasiones he conseguido engancharme a este tipo de historias
que me parecen poco trabajadas (al menos las que yo había leído hasta ahora) y
que simplemente incluyen la época del “salto” como “decorado” en su historia.
Pero eso no ocurre aquí. Es más, casi me atrevería a decir que
uno de los grandes protagonistas es el
momento histórico en el que transcurre. El trabajo de documentación sobre la
conquista de las Bahamas en el siglo XVIII por parte del Imperio Español y la
guerra encarnizada con Inglaterra para dominar el tráfico naval entre el Océano
Atlántico y el mar Caribe, es impresionante. En una vuelta de página, te
transportas a las playas de Nassau donde se realiza, sin ningún tipo de pudor,
la captura de esclavos para su posterior venta y en la siguiente, estás en un
buque francés siendo abordado por una fragata pirata con bandera Inglesa. Y
todo ello aderezado con grandes dosis de humor, pasión y riesgo.
En esta historia nos encontraremos con Beatriz, una mujer
valiente, dispuesta a defender sus ideales independientemente de la época en la
que se encuentra y aunque eso la lleve a situaciones bastantes comprometedoras.
Cabezota hasta la médula. Inconformista y luchadora. Dividida entre dos
hombres, entre dos tiempos, entre dos decisiones. Perdida en una época “poco
recomendable” para su condición de mujer independiente, pero en la que se siente más “en casa” que en
ningún sitio.
Y tenemos a Duncan, un corsario Inglés, arrogante, luchador y lleno
de principios, y a Bastián un General
Francés amable, intachable en su comportamiento, pero carente de ellos. Dos
hombres enfrentados por algo más que el amor de una mujer.
Fugas arriesgadas, batallas encarnizadas, tráfico de mercancías, playas paradisíacas y
una lucha dialéctica constante entre los protagonistas que hacen de este libro una
aventura irrepetible en la que, inevitablemente, te dejas atrapar.
El ritmo de la novela es trepidante, lo que da lugar a que no
puedas relajarte ni un momento ya que, al mínimo descuido, te sorprende una
“tormenta”. Puedes oír con total
intensidad el ruido de las espadas, oler el salitre del mar, sentir la humedad
en tu piel y la adrenalina correr por tus venas. Una historia “refrescante”. Un
soplo de aire fresco que ha irrumpido con fuerza en mis lecturas.
Mariah ha conseguido que, leyéndola, haya rememorado grandes
momentos de mi vida, transportándome automáticamente al sofá de la casa de mis
padres, a esas tardes de sábado acurrucada a mi padre viendo, por cuarta o
quinta vez, esa película clásica de piratas que nunca dejaré de disfrutar.
Por todo eso y por mucho más que deberéis descubrir vosotros, mi
palabra para definir esta novela es EPICA. Que la disfrutéis.