Besos bajo la lluvia - Joana Arteaga

Me gusta definir los libros con una sola palabra, pero he de reconocer que en este caso me ha costado bastante decantarme, porque son varias las que me vienen a la cabeza. Creo que la más adecuada es Evocadora. 

La historia de Emma y Rodrigo es un viaje a través de nuestros recuerdos. ¿Quién no ha deseado terminar las clases para volver al pueblo, a la playa, al camping y retomar, como si no hubiera pasado el tiempo, las salidas con los amigos, las noches en vela, los baños tardíos, los secretos al oído, los primeros besos, ………….?

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En ella descubriremos a Emma, una persona perdida pero que no abandona la esperanza de encontrar su camino. Derrotada por los acontecimientos pero que nunca tira la toalla para conseguir sus sueños. Decepcionada por las decisiones que tuvo que asumir pero consecuente con las que pudo tomar. Valiente y luchadora cuando se trata de los suyos. Cabezota y testaruda para defender sus ideales hasta las últimas consecuencias.

Y a Rodrigo, “esa rama a la que asirse para no estrellarse, esa brisa fresca en un día de calor……….”. Alguien desconocido que le tiende la mano en el peor momento de su vida, con el que recorrer el difícil camino que se le presenta. Alguien leal, fiel, amante de su familia.

Y es esa misma lealtad la que le convierte en un cobarde, decidiendo renunciar a sus sentimientos en favor de los deseos de los demás, sin medir siquiera las consecuencias que ello puede acarrear ni el dolor que pueda ocasionar.

Pero las segundas oportunidades existen y los sueños por cumplir, incluso en forma de imposibles, se pueden hacer realidad.

Este es el viaje que nos propone Joana Arteaga. Un viaje lento y calmado a través de los colores y olores del verano, de las mariposas en el estómago, de las emociones de las primeras veces, de los “Besos bajo la lluvia”. Un viaje intenso y desgarrador a partes iguales, que nos llevará desde la inocencia de la niñez, a la calma de la madurez, pasando por la absoluta incomprensión de la adolescencia.

Y todo ello aderezado con la banda sonora de toda una vida y con unos capítulos con “nombre propio” que, para gente como yo, que ya tiene una edad, te transportan al momento exacto al que se hace referencia en cada uno de ellos.

Como dice la querida “Tata”: “A veces, en la vida, hay que ser valiente para perseguir lo que deseamos. Pero también, sensatos para ponernos a salvo antes de que nos alcance el huracán”. Yo añadiría, “y otras veces arriesgarnos y aguantar de píe con la mejor sonrisa, el tsunami que está por llegar”.

Adentrarnos en este tsunami de sensaciones es lo que hace la autora de forma valiente y deliberada, para que, a través de las referencias al cine, a la música, a los libros, a los colores, podamos entrever todo lo que esta historia se lleva de su corazón y de su alma.

Recomiendo la lectura de este libro de forma pausada, sin prisa, sin agobios, con calma, para que, como un buen café, disfrutemos de cada palabra, de cada momento, para asegurarnos, al final, un “buen sabor de boca”.